Gregory Crewdson (nacido el 26 de septiembre de 1962) es un fotógrafo estadounidense famoso por sus imágenes surrealistas y de elaborada escenificación que muestran hogares y vecindarios norteamericanos.
Durante su adolescencia formó parte de una banda de punk rock llamada The Speedies, que gozó de popularidad en toda la ciudad. Su canción de más éxito, "Let Me Take Your Photo" ("Deja que te haga una foto"), resultó ser profética respecto a la futura profesión de Crewdson. En el año 2005, la compañía Hewlett Packard utilizó esta canción para promocionar sus cámaras digitales.
Este gran profesional, es famoso por sus fotografías surrealistas sobre los suburbios de Estados Unidos. Escenas ficticias que él diseña concienzudamente – con todo lujo de detalles – para construir visualmente la sensación que está en su cabeza, lo que el llama momentos congelados, habitualmenteinquietantes y que nos recuerdan a las películas clásicas de terror, gracias a una estética profundamente cinematográfica.
A mediados de 1980 estudió fotografía en la Universidad del Estado de Nueva York. Obtuvo un master en Bellas Artes en la Universidad de Yale y fue profesor en Sarah Lawrence, Cooper Union, Vassar College y en la Universidad de Yale, hasta 1993.
A mediados de 1980 estudió fotografía en la Universidad del Estado de Nueva York. Obtuvo un master en Bellas Artes en la Universidad de Yale y fue profesor en Sarah Lawrence, Cooper Union, Vassar College y en la Universidad de Yale, hasta 1993.
En palabras del propio Crewdson, dice haber estado siempre fascinado por la condición poética del crepúsculo y su poder de convertir lo ordinario en algo mágico y sobrenatural, algo que se evidencia en todas y cada una de sus fotografías, que se caracterizan por esas luces frías tan propias del anochecer combinadas con la luz artificial de vehículos, farolas, viviendas… y añadiendo toda clase de elementos recreados como la niebla o la lluvia.
Sus obras muestran escenas ficticias que diseña concienzudamente y con todo lujo de detalles para construir visualmente la sensación que está en su cabeza, lo que él llama momentos congelados, habitualmente inquietantes y que nos recuerdan a las películas clásicas de terror, gracias a una estética profundamente cinematográfica: paisajes urbanos desolados, calles vacías misteriosas, personas que deambulan por calles mojadas, algunas desesperadamente solitarias, mujeres desnudas que reflexionan cabizbajas, …
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